En este sentido, los frutos secos se alzan como uno de los alimentos más completos de la dieta mediterránea porque son ricos en proteínas, fibras, minerales y vitaminas que aportan ácidos grasos insaturados ideales para la prevención de afecciones cardiovasculares. Además, son muy útiles para grandes esfuerzos intelectuales y para mejorar el metabolismo.
Por otro lado, potencian la acción antioxidante de la vitamina E, lo que contribuye a mejorar las funciones hepáticas y reproductoras. Unos ejemplos son el cacahuete, cuyas propiedades ayudan a mantener un flujo sanguíneo bueno; o las almendras, que poseen un derivado proteico que mejora la circulación pélvica. De hecho, los árabes mastican un puñado de almendras antes del acto sexual... así que el resultado debe ser eficaz.
Por otro lado, el consumo de 2 ó 4 nueces diarias potencia las erecciones y aumenta el deseo sexual; mientras que las semillas de calabaza tienen una gran cantidad de zinc, un nutriente clave para la sexualidad y la fertilidad porque aumenta notablemente el número de espermatozoides en los hombres con problemas de fertilidad.
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